domingo, 21 de mayo de 2023

TZEDAKA EN TAMAR

La historia de Tamar es un ejemplo extremo de Tzedaka, una palabra hebrea que va más allá del simple concepto de justicia. Tzedaka se refiere a hacer lo correcto y justo, incluso si requiere medidas extremas. En la historia de Tamar, ella actuó de manera engañosa al disfrazarse de ramera para seducir a su suegro y tener un hijo con él. Sin embargo, su intención no era simplemente satisfacer sus deseos personales, sino asegurar la descendencia de su difunto esposo y mantener su lealtad hacia su familia. A través de su acción extrema, Tamar demostró su compromiso con la Tzedaka, haciendo lo que era correcto y justo en esa situación.


Esta historia plantea importantes interrogantes sobre nuestra comprensión de la justicia. ¿Es la justicia simplemente la aplicación de las leyes y normas establecidas, o debe ser vista como algo más amplio que incluye la búsqueda del bien común y la lealtad hacia aquellos con los que estamos relacionados? La palabra "justicia" a menudo se utiliza de manera simplista, pero la Tzedaka nos recuerda que hay situaciones en las que se requiere algo más que simplemente seguir las reglas.


En última instancia, la historia de Tamar nos enseña la importancia de actuar con integridad y compromiso en nuestras relaciones personales y sociales. Aunque su acción fue extrema, su intención y motivación eran nobles y en última instancia, fue reconocida como una persona justa y leal. La Tzedaka nos recuerda que la justicia es un concepto complejo y multifacético que requiere una reflexión profunda y un compromiso constante con hacer lo correcto.

TZEDAKA RELIOGIOSA = TZEDAKA SECULAR

Al considerar las relaciones comunitarias, es posible identificar dos esferas distintas: la relación entre los hombres y la relación del hombre con Dios. A primera vista, estas dos esferas parecen ser independientes y, en la práctica, a menudo lo son. Algunas personas han llegado a creer que la tzedaka, en particular, tiene una concepción secular y otra religiosa. Se piensa que la concepción religiosa de la tzedaka es posiblemente un producto nuevo de la reflexión teológica posterior, algo así como una aplicación secundaria del concepto civil de la tzedaka al plano religioso, a las relaciones del hombre con Dios.


Sin embargo, esta interpretación es falsa. De hecho, en tiempos antiguos, cuando existía una "pan-sacralidad primitiva", las esferas que actualmente se consideran separadas estaban estrechamente relacionadas. Yahvéh intervenía en favor de su pueblo con demostraciones de justicia, pero también establecía reglas de conducta y mandamientos divinos que hacían posible la convivencia humana. Estos mandamientos no eran leyes abstractas, sino un regalo divino.


En este contexto, los mandamientos divinos no solo permitían la convivencia humana sino que también estaban estrechamente relacionados con la relación del hombre con Dios. La ley divina y la ley civil estaban entrelazadas y no se consideraban como esferas separadas. Por lo tanto, la idea de una concepción secular y religiosa de la tzedaka es errónea, ya que en tiempos antiguos, las esferas secular y religiosa estaban estrechamente unidas.


Es importante comprender que las leyes y mandamientos divinos no eran abstractos, sino que eran considerados como un regalo divino. Yahvéh no solo establecía las reglas de conducta, sino que también intervenía en favor de su pueblo cuando era necesario. En este sentido, la relación del hombre con Dios y la relación entre los hombres estaban estrechamente interconectadas. Por lo tanto, es importante no caer en la trampa de considerar estas esferas como independientes o separadas, sino entender que están estrechamente relacionadas y que una no podría existir sin la otra.


En conclusión, es importante comprender que la tzedaka y las relaciones comunitarias en general no pueden ser entendidas de manera aislada de la religión y la cultura de la época en que surgieron. La separación entre lo secular y lo religioso es una idea moderna que no se aplicaba a las sociedades antiguas. En este sentido, la tzedaka es una expresión de la interconexión entre la vida cotidiana y la religión, y es una muestra de la importancia que se le daba a la justicia social en la sociedad hebrea antigua.

Los mandamientos de Dios son una bendición para la vida humana, ya que ofrecen una guía saludable para ordenarla. El profeta Sofonías destaca que Yahvéh es justo y que todas las mañanas da sus decisiones como la luz, lo que demuestra su voluntad de mantener un orden en el mundo. Los mandamientos de Dios abarcan tanto las instrucciones para el culto como las normas para el terreno legal, lo que refleja la preocupación divina por todos los aspectos de la vida humana. 


Es importante destacar que Israel no concebía la vida social como una abstracción de valores ideales, sino como una actividad divina que se manifestaba a través de la tzedaka, la justicia de Yahvéh. Esta actividad divina era una bendición para Israel y, como tal, debía ser proclamada. La revelación de los mandamientos de Dios se celebraba regularmente con una fiesta en el templo de Jerusalén para recordar que la tzedaka de Yahvéh sustentaba la vida social de Israel.


La importancia de los mandamientos de Dios radica en su capacidad para ordenar la vida humana y en su origen divino. Los mandamientos no son meras normas arbitrarias, sino que reflejan la justicia y la tzedaka de Yahvéh, lo que los convierte en una fuente de bendición para aquellos que los siguen. Por tanto, es importante recordar que los mandamientos de Dios no solo son una guía para la vida humana, sino que también son una manifestación de la actividad divina que sustenta el mundo.


Además, el Salmo 50:6 destaca que la tzedaka de Yahvéh se proclama desde el cielo, lo que refuerza la idea de que los mandamientos de Dios no son una creación humana, sino que provienen directamente de la divinidad. Esta idea es fundamental para entender la importancia de los mandamientos en la vida de Israel y en la vida de cualquier persona que busque una guía para su vida.


En resumen, los mandamientos de Dios son una guía saludable para ordenar la vida humana, que abarca tanto las instrucciones para el culto como las normas para el terreno legal. Estos mandamientos reflejan la justicia y la tzedaka de Yahvéh, lo que los convierte en una fuente de bendición para aquellos que los siguen. Además, el origen divino de los mandamientos los convierte en una manifestación de la actividad divina que sustenta el mundo, lo que refuerza su importancia en la vida de cualquier persona que busque una guía para su vida.

 

Basada en Pag 458

Teología del Antiguo Testamento I

Gerhard Von Rad 

Editorial Sigueme

Apocalipsis 1:19 

 Apocalipsis 1:19 es un versículo clave en el libro de Apocalipsis, ya que establece la estructura y el enfoque del libro. En este versículo, el apóstol Juan recibe una visión del Señor Jesucristo, quien le dice: "Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas". Esta instrucción establece una división esquemática del libro de Apocalipsis en tres partes: las cosas que has visto, las que son y las que han de ser después de estas.

Sin embargo, aunque esta división esquemática es importante para entender la estructura del libro de Apocalipsis, también tiene una aplicación práctica para la vida de cada cristiano. En otras palabras, cada creyente ha experimentado (ha visto) en su vida a Cristo, la identidad del cristiano (las que son) es un cuestión real en Cristo y las cosas que vendrán (las que sucederán después de estas) estarán marcadas por la fidelidad de Cristo para los suyos.


En primer lugar, "las cosas que has visto" se refieren a la visión que Juan recibió del Señor Jesucristo. Esta visión describe a Jesús como el Hijo del Hombre, vestido con una túnica hasta los pies y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y cabello eran blancos como la nieve, y sus ojos eran como llamas de fuego. En su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una espada aguda de dos filos. Su rostro brillaba como el sol en su fuerza.


Esta visión es una revelación gloriosa de la divinidad y majestad de Jesucristo. Es un recordatorio de que Jesús es el Señor de todo y que tiene el poder y la autoridad para juzgar a las naciones. Para el cristiano, esta visión es una llamada a la adoración y al servicio. Debemos reconocer que Jesús es el Señor de nuestras vidas y someternos a su voluntad.


En segundo lugar, "las que son" se refieren a la identidad del cristiano en Cristo. Esto incluye nuestra posición en Cristo como hijos de Dios, nuestra identidad como miembros del cuerpo de Cristo y nuestra llamada a ser santos y separados del mundo. Esta identidad espiritual es una realidad para todo creyente, y es algo que debemos cultivar y disfrutar a través de la oración, la lectura de la Palabra de Dios y la comunión con otros creyentes.


Esta identidad también nos da la fortaleza y la confianza para enfrentar cualquier dificultad que podamos enfrentar en la vida. Sabemos que somos amados por Dios y que él está con nosotros en todo momento. Como dijo el apóstol Pablo, "¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada


En tercer lugar, "las cosas que han de ser después de estas" se refieren a las profecías y eventos que vendrán en el futuro. El libro de Apocalipsis describe la gran tribulación, la segunda venida de Cristo, el juicio final y el establecimiento del reino de Dios en la tierra. Estos eventos están marcados por la fidelidad de Cristo para los suyos.


El libro de Apocalipsis también describe la persecución y el sufrimiento que los creyentes enfrentarán en los últimos días. Sin embargo, a pesar de estos desafíos, podemos estar seguros de que Cristo está con nosotros y de que su fidelidad nos llevará a través de cualquier dificultad que enfrentemos. Como dijo el apóstol Pablo, "Y el que nos da seguridad con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones" (2 Corintios 1:21-22).


En resumen, Apocalipsis 1:19 establece una división esquemática del libro de Apocalipsis en tres partes: las cosas que has visto, las que son y las que han de ser después de estas. Sin embargo, esta división también tiene una aplicación práctica para la vida de cada cristiano. Cada creyente ha experimentado en su vida a Cristo, la identidad del cristiano es una cuestión real en Cristo y las cosas que vendrán estarán marcadas por la fidelidad de Cristo para los suyos.


Por lo tanto, como cristianos, debemos recordar la visión gloriosa de Jesucristo que se describe en el libro de Apocalipsis. Debemos cultivar nuestra identidad en Cristo y mantenernos fieles a él, incluso en medio de la persecución y el sufrimiento. Y debemos tener confianza en que la fidelidad de Cristo nos llevará a través de cualquier dificultad que enfrentemos en el futuro.

Además, el libro de Apocalipsis nos muestra que Dios tiene un plan para la historia y que este plan está en curso. Aunque el mal y la injusticia parecen prevalecer en el mundo, Dios está trabajando detrás de escena para llevar a cabo su propósito. El libro de Apocalipsis nos da una visión de la victoria final de Dios sobre el mal y la muerte, y nos muestra que el reino de Dios se establecerá finalmente en la tierra. Como cristianos, debemos mantener nuestra esperanza en esta victoria final y trabajar para traer un poco del reino de Dios a nuestro mundo hoy.


El libro de Apocalipsis también nos muestra que la fidelidad de Cristo es esencial para nuestra salvación. A través de su muerte y resurrección, Cristo ha asegurado nuestra redención y nos ha dado la vida eterna. Pero para experimentar plenamente esta salvación, debemos seguir a Cristo y mantenernos fieles a él hasta el final. Como se describe en el libro de Apocalipsis, aquellos que perseveran hasta el final serán recompensados con la vida eterna en el reino de Dios.


En conclusión, Apocalipsis 1:19 es un versículo clave en el libro de Apocalipsis que establece la estructura y el enfoque del libro. Sin embargo, este versículo también tiene una aplicación práctica para la vida de cada cristiano. Como creyentes, hemos experimentado a Cristo en nuestras vidas y debemos cultivar nuestra identidad en él. También debemos mantener nuestra esperanza en la victoria final de Dios y en la vida eterna que nos ha sido dada a través de Cristo. Y debemos mantenernos fieles a Cristo hasta el final, confiando en su fidelidad para llevarnos a través de cualquier dificultad que enfrentemos en la vida.

TZEDAKA Y LAS TEOFANIAS

 En la Biblia, las teofanías se refieren a las manifestaciones divinas de Yahvéh a las personas. Estas teofanías son ocasiones especiales para hablar sobre la Tzedaká, que es la justicia divina. Según la creencia hebrea, donde Yahvéh se revelaba, también se ponía de manifiesto su compromiso con la justicia y la fidelidad a la alianza.


La fidelidad a las relaciones comunitarias entre las personas era la medida que juzgaba toda la convivencia humana en aquella época. La justicia se basaba en la fidelidad a estas relaciones, y la falta de ella se consideraba una violación de la alianza entre Yahvéh y los hebreos. Por ejemplo, cuando el rey Saúl decía que David era "más justo", se refería a que David se tomaba en serio y se ajustaba mejor a la relación común que existía entre ellos. David, como siervo de Yahvéh, se esforzaba por mantener una relación justa y equilibrada con Saúl, a pesar de las dificultades que enfrentaba. Saúl, en cambio, no podía decir lo mismo de sí mismo, y su falta de fidelidad a la relación común con David y con Yahvéh, lo llevó a su caída.


Los tribunales locales tenían la función de juzgar el comportamiento de las personas en relación a su fidelidad a estas relaciones, declarándolas inocentes o culpables. La justicia de una persona dependía de su fidelidad a las relaciones comunitarias, y la falta de ella llevaba a la injusticia y la desigualdad. Por lo tanto, la justicia humana debía reflejar la justicia divina, que se manifestaba a través de las teofanías.


En resumen, las teofanías en la Biblia son una oportunidad única para reflexionar sobre la justicia divina y la fidelidad a las relaciones comunitarias, y cómo estos valores son la base de una convivencia pacífica y armoniosa entre las personas. La fidelidad a las relaciones comunitarias es la medida de la justicia humana, y es la base de la alianza entre Yahvéh y los hebreos.

TZEDAKA IMPLICA TODA LA VIDA

 


El concepto veterotestamentario de Tzedaka es un tema central en las enseñanzas del Antiguo Testamento que abarca toda la vida de los israelitas en su relación comunitaria, independientemente de su ubicación geográfica. La Tzedaka es una expresión de la fe en Dios y se entiende como una actitud constante de ayudar a los necesitados y de hacer el bien a los demás. Es un concepto que va más allá de la mera justicia legal y que implica una postura de generosidad y bondad hacia quienes más lo necesitan.


La Tzedaka en las Escrituras se relaciona con la justicia, tanto en su sentido más amplio como en su sentido más específico. Se mencionan varios pasajes que ilustran la importancia de la Tzedaka, como en Proverbios 12:10, 21:26 y 29:7, donde se resalta la necesidad de ayudar al pobre y al que sufre. Estos versículos enfatizan que la Tzedaka debiera ser una forma de vida para todo israelita y no sólo para aquellos que tienen el poder o la riqueza para hacerlo.


Además, la fidelidad en el ámbito de la Tzedaka no se limitaba únicamente a la conducta correcta y conforme a la ley, sino que también requería demostraciones de bondad, lealtad y misericordia hacia los demás. La Tzedaka no se trata solo de dar dinero, sino también de compartir tiempo, habilidades y recursos para ayudar a los otros. En este sentido, la Tzedaka es una expresión de la compasión y de la ayuda mutua en la comunidad.


En Génesis 30:33, Jacob cita a los hermanos de Labán para que sean jueces de su comportamiento, y en este contexto se utiliza el término Tzedaka para referirse a aquellas prestaciones que van más allá de lo estrictamente obligatorio o "legal". Esto sugiere que la Tzedaka es una actitud que va más allá de lo que se espera de una persona, y que implica un compromiso personal con los valores que implican honestidad e integridad  enla comunidad.


En resumen, la Tzedaka es un concepto fundamental en las enseñanzas judías, que se entiende como una actitud frente a la vida de ayudar a los necesitados y de hacer el bien a los demás. La Tzedaka es una expresión de la fe en Dios y de la compasión y la ayuda mutua en la comunidad, y va más allá de la mera justicia legal, implicando una actitud de generosidad y bondad hacia quienes más lo necesitan.

sábado, 20 de mayo de 2023

 El SUICIDIO ENTRE PASTORES:


"Otro pastor se suicidó, en esta ocasión de un disparo. Darri Patick, padre de cuatro hijos, y pastor de una gran iglesia de EEUU. " Comienza diciendo Jonathan Hernandez en un escrito compartido en las redes sociales titulado "Pastores Bajo Riesgo de Suicidio".


El estigma de una congregación cuyo pastor comete suicidio permanecerá de generación a generación, aún más, si esa iglesia local llega a cambiar todos los asistentes de la congregación, el estigma continuará.


La sumatoria de los problemas que existen a nivel de las familias que componen la congregación se verán reflejados en los problemas que la familia pastoral experimenta. Es como si los conflictos en la vida familiar de los pastores resumieran muy bien los conflictos de las familias de toda la congregación.


Las personas no somos indiferentes a las problemáticas o las victorias de los participantes del grupo en el que nos congregamos. La actuación de una determinada persona se podrá entender como parte de un sistema mayor de relaciones, que a la vez produce mayores relaciones.


Es en este sentido que no solo somos producto del sistema en el cual nos encontramos, sino que también somos producentes de ese sistema, es decir, somos productos y producentes del sistema que llamamos iglesia local o congregacion.


Lo que vengo diciendo que el proceso emocional de las familias de la iglesia local en su conjunto se verá reflejado en la familia pastoral y por ende en la vida emocional y espiritual de los pastores.


Nuestros relatos y las maneras de abordar lo que nosotros mismos nos contamos, crearan nuevos relatos que retroalimentarán los relatos anteriores y que crearan una red de relatos que finalmente constituirán la red emocional y/o espiritual en que la propia iglesia se balanceará.


Si en los relatos de la cogregacion prima la mentira, la queja, la culpa, el resentimiento y la vergüenza, tendremos como consecuencia una red sobre la cual no podremos sustentarnos. Recuerden lo que vengo diciendo: "Somos productos y producentes del sistema en el que nos encontramos."


Si por el otro lado, nuestros relatos, nuestras conversaciones se establece en base a la verdad, la confianza, el llorar juntos, el perdonarnos y la búsqueda constante de la restauración de los miembros de la comunidad local a la que pertenecemos, construiremos una red en la cual podemos darnos soporte los unos a los otros.


Aplicando todo lo anterior al tema del suicidio entre pastores:


En las cartas que el Señor dirige a las siete iglesias en Apocalipsis, son remitidas al “ángel de la iglesia”, algunos autores explican que tal asignación se refiera a las características de la iglesia en su conjunto que son personificadas en un ser espiritual, otros hablan que sería una persona dentro de la iglesia que se ocupa de la labor de liderazgo o guía, es decir, el pastor o el grupo de pastores de la iglesia local.


La sumatoria de todos los conflictos no resueltos, lo duelos no consolados, los diálogos en el que prima la mentira, la falta de perdón y/o restauración entre los propios hermanos de la congregacion, hará finalmente que el o los lideres de la congregación colapsen y escapen hacia una solución que no soluciona nada, y que lo único que hacen es eternizar las situaciones no resueltas.


Las soluciones que no solucionan no solo son parte del problema, sino que son en si mismo el problema, las soluciones intentadas y que no solucionan nada, lo único que hacen es mantener los problemas, siendo finalmente esos intentos de solución también parte de problema.


El suicidio es en esencia un intento de solución a los problemas no solo de aquel que se suicida, sino que también es un intento de solución frente a los problemas de la congregación


En conclusión, un pastor que se suicida es reflejo de una congregación que ha intentado de diversas maneras solucionar los procesos internos no resueltos. Hablar verdad, ser humildes, buscar la restauración de manera constante, perdonándonos unos a otros, no menospreciando al hermano, llorar con el que llora, son claves milenarias para enfrentar las situaciones desafiantes de toda congregación y toda crisis pastoral.


RVM

Tzedaka Definida Erradamente

Tzedaka y Nuestra Relaciones

 Cada relación que establecemos conlleva ciertas responsabilidades y deberes de conducta que debemos cumplir. En el caso de la Tzedaka, este concepto se refiere específicamente al cumplimiento de estas responsabilidades dentro de una relación real entre dos personas, en lugar de la relación entre un objeto y una idea valorativa. Es decir, la Tzedaka es un concepto que se enfoca en la relación concreta entre dos personas y las obligaciones que surgen de esa relación.


El uso del término Tzedaka indica que la relación comunitaria concreta en la que se encuentra el individuo cuando actúa, es ya en cierto modo su norma. Esto significa que cuando alguien actúa dentro de su comunidad, está siguiendo las normas que rigen esa comunidad en particular. Sin embargo, es importante recordar que el ser humano está inmerso en una gran variedad de relaciones comunitarias, cada una de las cuales lleva en sí misma su propia ley.


Además, el ser humano pertenece a varias comunidades, como la familia, la política, la económica, entre otras. Cada una de estas comunidades tiene sus propias leyes y normas que rigen las relaciones entre sus miembros. Por lo tanto, al interactuar dentro de cualquiera de estas comunidades, es importante conocer y respetar estas leyes y normas para mantener una relación armoniosa y justa.


Es importante destacar que el ser humano no solo está inmerso en relaciones comunitarias existentes, sino que también puede crear nuevas relaciones cada día. Estas nuevas relaciones pueden surgir en diferentes contextos y pueden implicar diferentes responsabilidades y deberes de conducta. Por lo tanto, es importante estar siempre atentos a las relaciones que establecemos y a las obligaciones que surgen de ellas, para poder actuar de manera justa y ética en todo momento. 


En resumen, la Tzedaka es un concepto que destaca la importancia de cumplir con las responsabilidades y deberes de conducta en cualquier relación que establezcamos. Ya sea dentro de una comunidad existente o al crear nuevas relaciones, es importante conocer y respetar las leyes y normas que rigen estas relaciones para mantener una convivencia armoniosa y justa.

Tzedaka Sinonimia de Salvación

 La justicia es un concepto fundamental en la religión y la cultura de Israel. En el Antiguo Testamento, Yahvéh es presentado como un Dios justo, que exige la justicia de su pueblo y castiga a los injustos. Sin embargo, la concepción de la justicia en Israel va más allá de una mera moralidad individual y se extiende a la dimensión comunitaria y religiosa.


Por encima de todas las formas de justicia, se encuentra la relación comunitaria que Yahvéh ha ofrecido a Israel. Esta relación se cultiva principalmente en el culto, donde se realizan los sacrificios y se ofrecen las oraciones y alabanzas al Dios de Israel. En esta relación, es justo aquel que cumple con las exigencias específicas que se derivan de ella. La justicia, por tanto, no se entiende como un conjunto de normas abstractas, sino como una forma de vida en comunidad, en la que cada miembro cumple con su papel y contribuye al bienestar del conjunto.


Cuando Israel alaba la justicia divina, lo hace porque entiende que Dios está de su lado y actúa en su favor. La alabanza a la justicia divina no es, por tanto, una mera expresión de gratitud, sino una afirmación de la propia identidad y de la relación especial que existe entre Yahvéh e Israel. El canto de Débora en el libro de los Jueces es un ejemplo de esta alabanza a la justicia divina, en la que se habla de las "justicias de Yahvéh" en referencia a sus acciones salvíficas en la historia.


Desde este momento, la alabanza a la "justicia salvífica" de Yahvéh se convierte en una constante en la religión de Israel. En el libro de Isaías, la idea de la justicia divina alcanza un punto culminante, pero sería equivocado afirmar que fue en este profeta donde la justicia se convirtió en sinónimo de salvación. En realidad, la sinonimia entre justicia y salvación se encuentra en muchas otras partes del Antiguo Testamento.


En Isaías II, la sinonimia entre justicia y salvación se enfatiza gracias al estilo hímnico presente en algunos pasajes. En estos himnos, la justicia de Yahvéh se presenta como una fuerza salvífica que libera a Israel de sus enemigos y restaura su prosperidad. La justicia, por tanto, no es un fin en sí mismo, sino un medio para alcanzar la salvación y la prosperidad en la vida comunitaria.


A pesar de la importancia de la justicia en la religión de Israel, no hay indicios de un cambio profundo o una evolución en la antigua concepción israelita de la justicia de Yahvéh. La justicia sigue siendo entendida como una dimensión comunitaria y religiosa, en la que cada miembro cumple con su papel y contribuye al bienestar del conjunto. La justicia es, por tanto, una forma de vida en comunidad, en la que se busca el bien común y se reconoce la importancia de la relación entre Yahvéh e Israel como fundamento de la justicia y la salvación. La justicia divina es vista como una fuerza activa en la historia de Israel, que se manifiesta a través de la protección y el cuidado que Dios ofrece a su pueblo.


En resumen, la concepción de la justicia en la religión de Israel es compleja y abarca tanto la dimensión individual como la comunitaria y religiosa. La justicia no se entiende como un conjunto de normas abstractas, sino como una forma de vida en la que cada miembro cumple con su papel y contribuye al bienestar del conjunto. La alabanza a la justicia divina no es solo una expresión de gratitud, sino una afirmación de la propia identidad y de la relación especial que existe entre Yahvéh e Israel. A lo largo de la historia de Israel, la justicia divina se ha manifestado como una fuerza salvífica que libera a Israel de sus enemigos y restaura su prosperidad. A pesar de los cambios y las transformaciones históricas, la concepción de la justicia en la religión de Israel sigue siendo fundamentalmente la misma, con la relación comunitaria entre Yahvéh e Israel como su fundamento.

Tzedaka de Dios a Favor de Israel

 La justicia es un concepto fundamental en la religión y la cultura de Israel. En el Antiguo Testamento, Yahvéh es presentado como un Dios justo, que exige la justicia de su pueblo y castiga a los injustos. Sin embargo, la concepción de la justicia en Israel va más allá de una mera moralidad individual y se extiende a la dimensión comunitaria y religiosa.


Por encima de todas las formas de justicia, se encuentra la relación comunitaria que Yahvéh ha ofrecido a Israel. Esta relación se cultiva principalmente en el culto, donde se realizan los sacrificios y se ofrecen las oraciones y alabanzas al Dios de Israel. En esta relación, es justo aquel que cumple con las exigencias específicas que se derivan de ella. La justicia, por tanto, no se entiende como un conjunto de normas abstractas, sino como una forma de vida en comunidad, en la que cada miembro cumple con su papel y contribuye al bienestar del conjunto.


Cuando Israel alaba la justicia divina, lo hace porque entiende que Dios está de su lado y actúa en su favor. La alabanza a la justicia divina no es, por tanto, una mera expresión de gratitud, sino una afirmación de la propia identidad y de la relación especial que existe entre Yahvéh e Israel. El canto de Débora en el libro de los Jueces es un ejemplo de esta alabanza a la justicia divina, en la que se habla de las "justicias de Yahvéh" en referencia a sus acciones salvíficas en la historia.


Desde este momento, la alabanza a la "justicia salvífica" de Yahvéh se convierte en una constante en la religión de Israel. En el libro de Isaías, la idea de la justicia divina alcanza un punto culminante, pero sería equivocado afirmar que fue en este profeta donde la justicia se convirtió en sinónimo de salvación. En realidad, la sinonimia entre justicia y salvación se encuentra en muchas otras partes del Antiguo Testamento.


En Isaías II, la sinonimia entre justicia y salvación se enfatiza gracias al estilo hímnico presente en algunos pasajes. En estos himnos, la justicia de Yahvéh se presenta como una fuerza salvífica que libera a Israel de sus enemigos y restaura su prosperidad. La justicia, por tanto, no es un fin en sí mismo, sino un medio para alcanzar la salvación y la prosperidad en la vida comunitaria.


A pesar de la importancia de la justicia en la religión de Israel, no hay indicios de un cambio profundo o una evolución en la antigua concepción israelita de la justicia de Yahvéh. La justicia sigue siendo entendida como una dimensión comunitaria y religiosa, en la que cada miembro cumple con su papel y contribuye al bienestar del conjunto. La justicia es, por tanto, una forma de vida en comunidad, en la que se busca el bien común y se reconoce la importancia de la relación entre Yahvéh e Israel como fundamento de la justicia y la salvación. La justicia divina es vista como una fuerza activa en la historia de Israel, que se manifiesta a través de la protección y el cuidado que Dios ofrece a su pueblo.


En resumen, la concepción de la justicia en la religión de Israel es compleja y abarca tanto la dimensión individual como la comunitaria y religiosa. La justicia no se entiende como un conjunto de normas abstractas, sino como una forma de vida en la que cada miembro cumple con su papel y contribuye al bienestar del conjunto. La alabanza a la justicia divina no es solo una expresión de gratitud, sino una afirmación de la propia identidad y de la relación especial que existe entre Yahvéh e Israel. A lo largo de la historia de Israel, la justicia divina se ha manifestado como una fuerza salvífica que libera a Israel de sus enemigos y restaura su prosperidad. A pesar de los cambios y las transformaciones históricas, la concepción de la justicia en la religión de Israel sigue siendo fundamentalmente la misma, con la relación comunitaria entre Yahvéh e Israel como su fundamento.

Tzedaka - Actos de Justicia

 El canto de Débora es un pasaje bíblico que tiene una gran importancia en la cultura y la religión judía. En este canto, se utiliza el término Tzedaka de manera simbólica para resaltar la relevancia de la fidelidad de Yahvéh en las relaciones comunitarias de Israel. Este concepto es fundamental para entender la justicia divina, que no se limita a ser una norma, sino que se manifiesta a través de actos salvíficos.


La idea de que la justicia de Yahvéh no es solo una norma sino que se expresa a través de actos salvíficos es crucial para comprender la espiritualidad judía. La diestra de Dios, según se afirma en el Salmo 48:11, está llena de justicia y el monte Sión se regocija en ella. Este versículo es una prueba más de la importancia de la justicia divina en la vida de los judíos.


Los individuos también podían experimentar la justicia divina en tiempos de necesidad y debían expresar su gratitud a través de cantos de acción de gracias, como se menciona en el Salmo 40:11: "No he guardado en mi corazón tu justicia; he contado de tu fidelidad y de tu salvación". Este salmo muestra que la justicia divina es una fuente de alegría y gratitud para los creyentes.


En resumen, el uso del término Tzedaka en el canto de Débora tiene una importancia trascendental en la espiritualidad y la cultura judía, ya que destaca la relevancia de la justicia divina en las relaciones comunitarias de Israel y en la vida de los individuos que confían en ella. La diestra de Dios está llena de justicia y la fidelidad de Yahvéh es una fuente constante de salvación y gratitud para los creyentes.

Tzedaka y la Perspectiva Occidental

 Durante mucho tiempo, la comprensión de la justicia (Tzedaka) por parte de la teología se basó en una mentalidad occidental que se reflejaba en la traducción de la Vulgata (iustitia) y su equivalente en castellano, "justicia". Esta definición implicaba que el comportamiento adecuado del hombre se relacionaba con una norma moral absoluta y una idea absoluta de la justicia, que a su vez generaba derechos y deberes absolutos. En este sentido, la justicia se entendía como una fuerza social que se encargaba de garantizar una justa distribución de bienes.


Sin embargo, la pregunta de cuál era esa norma absoluta que se presupone en el Antiguo Testamento resultaba difícil de responder, lo que se debía a que la pregunta estaba mal formulada y no se podía reconciliar con los datos del Antiguo Testamento bajo esta concepción de la justicia. En otras palabras, la teología occidental no podía encontrar una respuesta satisfactoria a la cuestión porque su enfoque era incompatible con la noción de justicia que se presentaba en el Antiguo Testamento.


A pesar de los esfuerzos por hallar una respuesta, la cuestión seguía sin resolverse. La norma absoluta que se buscaba no podía ser identificada porque la concepción occidental de la justicia no se ajustaba a la noción de justicia que se presentaba en el Antiguo Testamento. Esta discrepancia dificultaba la tarea de armonizar los datos del Antiguo Testamento con la comprensión occidental de la justicia, lo que dejaba a los teólogos con una pregunta sin respuesta.


En conclusión, la comprensión de la justicia en la teología occidental ha sido influenciada por una mentalidad de occidente que no siempre se ajusta a la noción de justicia en el Antiguo Testamento. Esta discrepancia ha llevado a una búsqueda infructuosa de una norma absoluta que no puede ser identificada bajo la concepción occidental de la justicia. Por lo tanto, se hace necesario un análisis crítico de la comprensión occidental de la justicia para poder reconciliarla con la noción de justicia del Antiguo Testamento y así encontrar respuestas a las preguntas que han quedado sin resolver.


Basado en el libro de Gerhard Von Rad

Teología del Antiguo Testamento I

Editorial Sigueme

Pag 454

La Tzedaka en el Antiguo Testamento 1

 En el Antiguo Testamento no existe una norma claramente definida que explique el concepto de Tzedaka, o justicia. A pesar de los esfuerzos por encontrar una respuesta satisfactoria, no se logró debido a que la pregunta estaba mal planteada, intentando armonizar los datos bíblicos con una concepción occidental de la justicia. Cremer reconoció que esta concepción no se podía aplicar al pensamiento bíblico y abrió el camino hacia una idea completamente diferente, que se ha demostrado exacta en sus líneas fundamentales. El error de definir la justicia desde una perspectiva occidental radica en presuponer una norma ética absoluta y abstracta, mientras que en el antiguo Israel se juzgaba la conducta y actividad del individuo en función de la relación comunitaria del momento, en la que cada miembro debía demostrar su lealtad. Es decir, el concepto de justicia en el Antiguo Testamento no se basaba en una norma universal, sino en la relación entre los miembros de la comunidad en un momento determinado.


Además, es importante destacar que en la concepción de justicia del Antiguo Testamento, la responsabilidad individual no se separaba de la responsabilidad colectiva. La justicia no se limitaba a la aplicación de leyes y normas abstractas, sino que se basaba en la relación entre los miembros de la comunidad y en la responsabilidad que cada uno tenía en mantener esa comunidad unida y en armonía.


En este sentido, la idea de Tzedaka estaba estrechamente ligada al concepto de caridad y solidaridad, y no solo se refería a la obligación de dar limosna, sino también a la responsabilidad de ayudar a los miembros más vulnerables de la comunidad y de garantizar que todos tuvieran sus necesidades básicas cubiertas. Así, la justicia se entendía como una obligación moral y social, más que como una cuestión legal o jurídica.


En definitiva, la concepción de justicia en el Antiguo Testamento es compleja y multifacética, y no puede ser reducida a una norma universal abstracta. Se trata de un concepto que se basa en la relación comunitaria, la responsabilidad individual y colectiva, la caridad y la solidaridad, y que busca garantizar el bienestar y la armonía de la comunidad en su conjunto.

 


Basado en libro de Gerhard Von Rad

Teología del Antiguo Testamento I

Pag 453

lunes, 15 de mayo de 2023

CONSTRUCTIVISMO Y FE EN DIOS

 DESDE EL CONSTRUCTIVISMO:


El hombre como constructor de realidad 


El conocimiento es una construcción, 


El intento de fijar un criterio firme para determinar la verdad o falsedad de las cosas es un fracaso 


Los hombres son incapaces de reconocer los objetos fuera de la percepción sensorial, y ésta no garantiza una aprehensión de las cosas tal como son. 


La percepción revela lo que aparece, pero no tenemos jamás testimonio directo de lo que es. 


De esta manera, si la naturaleza de las cosas no puede ser conocida, no existe una referencia sólida para decidir sobre la certeza del conocimiento.


No existe la objetividad

Se habla de objetividad entre parentesis.

La objetividad equivale a pensar que puede haber observaciones sin observador (Von Foerster)

"Toda descripción del mundo presupone..."


Toda descripción del mundo presupone a alguien que lo describa (lo observe). Lo que necesitamos es, pues, una descripción del “descriptor”, o, en otras palabras, una teoría del observador. (Von Foerster) 


“El observador se encuentra a sí mismo como fuente de toda realidad” (Maturana)

Designa en lo fundamental una posición sobre el problema del conocimiento que concibe al sujeto que conoce y al objeto conocido como entidades interdependientes. Por lo mismo, el constructivismo asume que la realidad es en importante medida una construcción humana.


La realidad es cosa de fe. (Bateson)

La frase no deja dudas, es la intervención humana la que otorga existencia. La idea de una realidad que está allí, sin depender de nuestra voluntad, no tiene cabida en esta concepción.

 La objetividad es la ilusión de que las observaciones pueden hacerse sin observador. (Heins von Foerster, Cibernético) 

Real es, al fin y al cabo, lo que es denominado real por un número suficientemente grande de hombres. En este sentido extremo, la realidad es una convención interpersonal (Watzlawick)


Todo lo dicho es dicho por alguien. (...) Una explicación siempre es una proposición que reformula o recrea las observaciones de un fenómeno en un sistema de conceptos aceptables para un grupo de personas que comparten un criterio de validación. (Maturana y Varela)


El centro está en el reconocimiento de la interdependencia entre observador y mundo observado. 


SERIA ERRADA: La creencia en la existencia de una realidad independiente de la experiencia, con un orden y un sentido propios, que por lo mismo puede ser conocida con certeza. 


Desde esta base se admite la imposibilidad de determinar si un enunciado se refiere al mundo tal como es o tal como lo vemos. 


Se produce el cuestionamiento de las formas analíticas del pensar que acentúan exageradamente la distinción entre sujeto y objeto; 


 Se produce el abandono de las concepciones esencialistas en las que el sentido de cada cosa no depende más que de sí misma.


Para el constructivismo el mundo de los significados, la realidad en suma, es una construcción humana y social, de modo que toda observación remite inevitablemente a las cualidades del observador y a las distintas interacciones comprometidas.


EN EL CONSTRUCTIVISMO


No hay base para sostener la existencia de una verdad idéntica para todos, inmutable y eterna, de modo que sólo podemos tratar con el mundo de la experiencia como la única realidad efectivamente accesible.


Verdadero o falso son atribuciones que tienen sentido dentro de un universo específico de relaciones, y por tanto ocurren únicamente bajo condiciones sociales e históricas determinadas.

Por tanto, al rechazar la idea de una verdad única, el constructivismo se pone a cubierto de la tentación de la certidumbre y levanta una declaración en favor de la diversidad.

Niega la existencia de una mirada privilegiada, con autoridad para cerrar el paso a posturas alternativas, y establece carta de ciudadanía para el desacuerdo.


DIOS Y LO REAL


DIOS es quién sólo puede acceder a la realidad tal cual es. 

Dios no solo accede a lo que es real; sino que El define lo que es real. 


Define lo que es verdad  y lo que no es; la realidad y la irrealidad 


DIOS Y LO REAL


Hablar de que podemos acceder a la realidad sin considerar a Dios es seguir el juego de querer ocupar el lugar de Dios; definiendo lo que es real o no 

Sin Dios no puedo acceder a la realidad tal cual es, ya que el tiene que mostrármela. 

De ahí, que sea necesaria mi dependencia absoluta de Dios. Aún para las cosas más pequeñas que yo doy por sentado


FE Y REALIDAD


“La realidad es cosa de fe” (Bateson) 


Mejor aún: La Fe es lo real 


La Fe que viene de Dios: Soplada por El en mi corazón 


LO que El ha dicho de mi es lo real. 


domingo, 14 de mayo de 2023

Propiciación: Ser Investido Por La Gracia de Dios

 La propiciación es un concepto teológico que ha sido objeto de controversia a lo largo de la historia. Una de las definiciones clásicas de propiciación es la satisfacción de la ira de Dios a través de un sacrificio. Sin embargo, en este ensayo defenderé la definición de propiciación como el acto de ser investido o revestido de la gracia del Señor, basándome en la idea de que el propiciatorio era un símbolo del Trono de gracia en el santuario de Dios en el cielo y en el origen griego de la palabra ilasterion.


En primer lugar, es importante entender que el propiciatorio era una parte del santuario terrenal de Dios y representaba el Trono de gracia en el cielo. El propiciatorio era el lugar donde se ofrecían los sacrificios de expiación y donde el sumo sacerdote rociaba la sangre del sacrificio para hacer propiciación por los pecados del pueblo. Pero, más allá de su función ritual, el propiciatorio simbolizaba la presencia de Dios en el santuario y su disposición para perdonar y mostrar misericordia a su pueblo.


En este sentido, la propiciación se entiende como el acto de ser investido o revestido de la gracia del Señor, y no como un sacrificio para satisfacer la ira de Dios. El sacrificio de expiación era un medio por el cual el pueblo podía acercarse a Dios y recibir su gracia, pero no era un fin en sí mismo. La propiciación, por tanto, se refiere a la disposición divina de perdonar y mostrar misericordia, y no a una necesidad de satisfacer su ira.


Además, el origen griego de la palabra ilasterion es una evidencia más de que la propiciación se refiere a la gracia divina y no a la satisfacción de la ira de Dios. La palabra ilasterion proviene del griego ileos, que significa gracia, y terion, que significa lugar de. Por tanto, ilasterion se refiere literalmente a un lugar de gracia, lo cual refuerza la idea de que la propiciación se trata de la disposición divina de perdonar y mostrar misericordia.


En conclusión, la propiciación es un concepto teológico que se ha interpretado de diferentes maneras a lo largo de la historia. En este ensayo he defendido la definición de propiciación como el acto de ser investido o revestido de la gracia del Señor, basándome en la idea de que el propiciatorio era un símbolo del Trono de gracia en el santuario de Dios en el cielo y en el origen griego de la palabra ilasterion. Esta definición es coherente con la idea de un Dios amoroso y misericordioso que está dispuesto a perdonar y mostrar favor a su pueblo.

 

sábado, 13 de mayo de 2023

AUTOPOIESIS Y LA CARNE: SARKOPOIESIS

 El principio de la autopoiesis es un concepto clave en la teoría general de sistemas, que se refiere a la capacidad de los sistemas para auto-organizarse y auto-reproducirse a sí mismos. Este principio puede ser aplicado a muchos ámbitos, incluyendo el cuerpo humano y su relación con la carne. En este ensayo, exploraremos la idea de la sarkopoiesis, es decir, la aplicación del concepto de autopoiesis a la carne, desde la perspectiva del apóstol Pablo.


En su epístola a los Romanos, Pablo utiliza la palabra griega sarx para referirse a la carne, que puede ser entendida como el material del que está hecho nuestro cuerpo, así como la parte de nosotros que se levanta en contra de lo establecido por Dios. Según Pablo, la carne busca vivir y sobrevivir sin considerar los dichos de Dios, y busca establecer sus propios dichos.


Es importante hacer una distinción entre la carne, los miembros y el cuerpo, ya que representan niveles diferentes de abstracción. Los miembros son las partes físicas del cuerpo humano, mientras que el cuerpo es el conjunto de todas ellas. La carne, por otro lado, es una entidad más abstracta que incluye no solo el cuerpo físico, sino también la forma en que procesamos y producimos información.


Pablo sostiene que, aunque los miembros del cuerpo y el cuerpo en sí mismo pueden someterse a Dios, la carne no puede. En otras palabras, aunque podemos tomar decisiones conscientes para someter nuestros cuerpos a la voluntad de Dios, la carne es una fuerza más profunda e inconsciente que puede seguir operando en contra de nuestros deseos conscientes.


La neurociencia ha demostrado que la carne es capaz de procesar y producir información que se opone a los dichos de Dios. En particular, la amígdala, una parte del cerebro que está involucrada en la respuesta emocional al miedo, puede ser especialmente activa en la generación de pensamientos y comportamientos que van en contra de nuestras creencias religiosas.


Sin embargo, la ciencia también nos ha enseñado que podemos entrenar y reprogramar nuestro cerebro para reducir la actividad de la amígdala y otras partes del cerebro asociadas con la respuesta emocional al miedo. A través de la meditación y la oración, podemos cultivar una mayor conciencia de nuestros pensamientos y emociones, y aprender a someter la carne a la voluntad de Dios.


Desde la perspectiva de la teoría general de sistemas, la sarkopoiesis representa un desafío importante para el autocontrol y la autorregulación del cuerpo humano. La carne es una fuerza poderosa que busca establecer sus propios dichos y prioridades, y puede ser difícil de controlar. Sin embargo, a través de la práctica y la disciplina, podemos aprender a someter la carne a la voluntad de Dios y vivir en armonía con nuestros valores y creencias religiosas.


En conclusión, la sarkopoiesis es una aplicación interesante del principio de la autopoiesis a la carne y su actividad sobre el ser humano, desde la perspectiva del apóstol Pablo. La carne representa una fuerza poderosa que busca establecer sus propios dichos y prioridades, y puede ser difícil de controlar. Sin embargo, a través de la práctica y la disciplina, podemos aprender a someter la carne a la voluntad de Dios y vivir en armonía con nuestros valores y creencias religiosas.


La neurociencia ha demostrado que la carne es capaz de procesar y producir información que se opone a los dichos de Dios, lo que representa un desafío importante para el autocontrol y la autorregulación del cuerpo humano. Sin embargo, también nos ha enseñado que podemos entrenar y reprogramar nuestro cerebro para reducir la actividad de las partes del cerebro asociadas con la respuesta emocional al miedo.


En última instancia, la sarkopoiesis es un recordatorio de que, como seres humanos, estamos en constante lucha con nuestras propias tendencias y deseos. La carne puede ser una fuerza poderosa que nos aleja de Dios y de nuestros valores religiosos, pero podemos aprender a someterla a la voluntad de Dios a través de la práctica y la disciplina. Al hacerlo, podemos vivir una vida más plena y significativa en armonía con nuestras creencias y valores más profundos.

 

 Además, la sarkopoiesis también nos invita a reflexionar sobre la importancia de la conciencia y la autorreflexión en nuestra vida espiritual. Si queremos vivir en armonía con Dios y nuestros valores religiosos, debemos estar conscientes de nuestras propias tendencias y deseos, y ser capaces de discernir cuando estamos siendo influenciados por la carne en lugar de la voluntad de Dios.


La práctica de la meditación y la oración puede ser una herramienta valiosa en este sentido, ya que nos permite cultivar una mayor conciencia de nuestros pensamientos y emociones, y aprender a someter la carne a la voluntad de Dios. Al hacerlo, podemos desarrollar una mayor claridad y perspectiva en nuestra vida espiritual, y encontrar una mayor paz y serenidad en nuestro día a día.


Es importante destacar también que la sarkopoiesis no debe ser entendida como una negación de la importancia del cuerpo o de la carne en nuestra vida humana. Como seres humanos, estamos dotados de un cuerpo físico que nos permite interactuar con el mundo y con los demás, y es importante cuidar y valorar ese cuerpo como un regalo de Dios.


Sin embargo, la sarkopoiesis nos invita a ser conscientes de que nuestro cuerpo y nuestra carne pueden ser una fuente de tentación y distracción en nuestra vida espiritual, y que debemos ser capaces de discernir cuando estamos siendo influenciados por la carne en lugar de la voluntad de Dios.


En definitiva, la sarkopoiesis es una aplicación interesante del principio de la autopoiesis a la carne y su actividad sobre el ser humano, desde la perspectiva del apóstol Pablo. Nos invita a reflexionar sobre la importancia de la conciencia y la autorreflexión en nuestra vida espiritual, y a cultivar una mayor conciencia de nuestras propias tendencias y deseos. Al hacerlo, podemos vivir una vida más plena y significativa en armonía con nuestros valores y creencias religiosas más profundas.

 En resumen, la sarkopoiesis es un concepto importante que nos invita a reflexionar sobre la relación entre el cuerpo humano y la vida espiritual, desde la perspectiva del apóstol Pablo. La carne representa una fuerza poderosa que busca establecer sus propios dichos y prioridades, y puede ser difícil de controlar. Sin embargo, a través de la práctica y la disciplina, podemos aprender a someterla a la voluntad de Dios y vivir en armonía con nuestros valores y creencias religiosas.


La neurociencia nos ha demostrado que la carne es capaz de procesar y producir información que se opone a los dichos de Dios, lo que representa un desafío importante para el autocontrol y la autorregulación del cuerpo humano. Sin embargo, también nos ha enseñado que podemos entrenar y reprogramar nuestro cerebro para reducir la actividad de las partes del cerebro asociadas con la respuesta emocional al miedo.


En última instancia, la sarkopoiesis nos invita a ser conscientes de nuestras propias tendencias y deseos, y a cultivar una mayor conciencia de nuestras propias emociones y pensamientos. Al hacerlo, podemos encontrar una mayor paz y serenidad en nuestra vida espiritual, y vivir en armonía con nuestros valores y creencias religiosas más profundas.

 

Autopoiesis y la Actividad del Espíritu Santo: Neumapoiesis

 La teoría general de sistemas es una disciplina que se encarga de estudiar la organización y funcionamiento de sistemas complejos, desde los sistemas biológicos hasta los sistemas sociales y tecnológicos. Dentro de esta disciplina, el principio de la autopoiesis se refiere a la capacidad de un sistema para mantener y reproducir su propia estructura y organización, a través de la interacción con su entorno.


En el contexto de la fe cristiana, el Espíritu Santo representa la tercera persona de la Trinidad, y se entiende como la presencia divina en el creyente. Desde la perspectiva del apóstol Pablo, el Espíritu Santo es quien da vida y transforma al creyente, capacitándolo para vivir una vida de santidad y servicio a Dios.


En este ensayo, se explorará la aplicación del principio de la autopoiesis de la teoría general de sistemas al Espíritu Santo y su actividad sobre el creyente, desde la perspectiva del apóstol Pablo. Además, se propondrá el término "neumapoiesis" para referirse a esta aplicación, considerando que en griego, Pablo usa la palabra "neuma" para referirse al Espíritu.


El principio de la autopoiesis se refiere a la capacidad de un sistema para mantener y reproducir su propia estructura y organización, a través de la interacción con su entorno. En el contexto de la fe cristiana, se puede entender al Espíritu Santo como el sistema que tiene la capacidad de mantener y reproducir la vida espiritual del creyente, a través de la interacción con su entorno espiritual, que incluye la Palabra de Dios, la oración, la comunidad de creyentes, entre otros.


En la carta a los Romanos, Pablo habla sobre la obra del Espíritu Santo en el creyente, diciendo: "Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de los muertos mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros" (Romanos 8:11). En este versículo, se puede ver la idea de que el Espíritu Santo tiene la capacidad de dar vida al creyente, incluso a su cuerpo mortal.


En la carta a los Gálatas, Pablo habla sobre el fruto del Espíritu Santo, que incluye amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas 5:22-23). Estos atributos son una muestra de la capacidad del Espíritu Santo para mantener y reproducir la vida espiritual del creyente, a través de la interacción con su entorno espiritual.


En la carta a los Efesios, Pablo habla sobre la armadura de Dios, que incluye el cinturón de la verdad, la coraza de la justicia, los zapatos del evangelio de la paz, el esc...udo de la fe, el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios (Efesios 6:13-17). En este pasaje, se puede ver cómo el Espíritu Santo es visto como una herramienta para la defensa y protección del creyente, a través de la Palabra de Dios, que es la espada del Espíritu.


En el contexto de la autopoiesis, se puede decir que el Espíritu Santo es el sistema que mantiene y reproduce la vida espiritual del creyente, a través de la interacción con su entorno espiritual. Este entorno espiritual incluye la Palabra de Dios, que es la fuente de verdad y sabiduría para el creyente, y la comunidad de creyentes, que proporciona apoyo y compañerismo en la fe.


La neumapoiesis, como se ha propuesto anteriormente, se refiere a la aplicación del principio de la autopoiesis a la actividad del Espíritu Santo en el creyente. En este sentido, se puede decir que la neumapoiesis es el proceso por el cual el Espíritu Santo mantiene y reproduce la vida espiritual del creyente, a través de la interacción con su entorno espiritual.


En la carta a los Corintios, Pablo habla sobre el cuerpo como un sistema complejo, diciendo: "Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo" (1 Corintios 12:12). En este pasaje, se puede ver cómo Pablo utiliza la metáfora del cuerpo para describir la unidad y diversidad de la comunidad de creyentes.


Desde la perspectiva de la neumapoiesis, se puede entender al cuerpo como un sistema complejo que incluye al Espíritu Santo como un componente vital. En este sentido, se puede decir que el Espíritu Santo es el sistema que mantiene y reproduce la vida espiritual del cuerpo de Cristo, a través de la interacción con su entorno espiritual.


En la carta a los Efesios, Pablo habla sobre la importancia de la unidad en el cuerpo de Cristo, diciendo: "Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación" (Efesios 4:4). En este pasaje, se puede ver cómo Pablo enfatiza la importancia de la unidad del cuerpo de Cristo, que está unido por un mismo Espíritu.

la interacción con su entorno espiritual, que incluye la Palabra de Dios, la comunidad de creyentes y la misión de la iglesia en el mundo.


En la carta a los Romanos, Pablo habla sobre la importancia de la misión de la iglesia en el mundo, diciendo: "Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!" (Romanos 10:15). En este pasaje, se puede ver cómo Pablo enfatiza la importancia de la misión evangelizadora de la iglesia, que tiene como objetivo llevar la Palabra de Dios y el mensaje de salvación a todo el mundo.


En este sentido, se puede decir que la neumapoiesis también tiene una dimensión misional, ya que el Espíritu Santo no solo mantiene y reproduce la vida espiritual del creyente individual y del cuerpo de Cristo, sino que también capacita y moviliza a la iglesia para llevar el mensaje de salvación al mundo.


En la carta a los Corintios, Pablo habla sobre los dones espirituales que el Espíritu Santo concede a los creyentes, diciendo: "Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho común" (1 Corintios 12:7). En este pasaje, se puede ver cómo Pablo enfatiza la importancia de los dones espirituales en la vida de la iglesia, que tienen como objetivo edificar y fortalecer al cuerpo de Cristo.


En este sentido, se puede decir que la neumapoiesis también tiene una dimensión de capacitación, ya que el Espíritu Santo concede dones espirituales a los creyentes para edificar y fortalecer al cuerpo de Cristo, y capacitarlos para la misión evangelizadora de la iglesia en el mundo.


En conclusión, la neumapoiesis es la aplicación del principio de la autopoiesis de la teoría general de sistemas al Espíritu Santo y su actividad sobre el creyente, desde la perspectiva del apóstol Pablo. En este sentido, se puede decir que la neumapoiesis es el proceso por el cual el Espíritu Santo mantiene y reproduce la vida espiritual del creyente individual y del cuerpo de Cristo, a través de la interacción con su entorno espiritual, que incluye la Palabra de Dios, la comunidad de creyentes, la misión de la iglesia en el mundo y los dones espirituales que el Espíritu Santo concede a los creyentes.


La neumapoiesis también enfatiza la importancia de la unidad y diversidad del cuerpo de Cristo, y su misión evangelizadora en el mundo. En este sentido, se puede decir que la neumapoiesis es un concepto clave para entender la actividad del Espíritu Santo en la vida del creyente y en la misión de la iglesia en el mundo.

 

En este sentido, se puede decir que la neumapoiesis también tiene una dimensión comunitaria, ya que el Espíritu Santo no solo mantiene y reproduce la vida espiritual del creyente individual, sino que también lo hace en el contexto de la comunidad de creyentes. En este contexto, la neumapoiesis es el proceso por el cual el Espíritu Santo mantiene y reproduce la vida espiritual del cuerpo de Cristo, a través de la interacción con su entorno espiritual, que incluye la Palabra de Dios, la comunidad de creyentes y la misión de la iglesia en el mundo.


En la carta a los Romanos, Pablo habla sobre la importancia de la misión de la iglesia en el mundo, diciendo: "Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!" (Romanos 10:15). En este pasaje, se puede ver cómo Pablo enfatiza la importancia de la misión evangelizadora de la iglesia, que tiene como objetivo llevar la Palabra de Dios y el mensaje de salvación a todo el mundo.


En este sentido, se puede decir que la neumapoiesis también tiene una dimensión misional, ya que el Espíritu Santo no solo mantiene y reproduce la vida espiritual del creyente individual y del cuerpo de Cristo, sino que también capacita y moviliza a la iglesia para llevar el mensaje de salvación al mundo.


En la carta a los Corintios, Pablo habla sobre los dones espirituales que el Espíritu Santo concede a los creyentes, diciendo: "Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho común" (1 Corintios 12:7). En este pasaje, se puede ver cómo Pablo enfatiza la importancia de los dones espirituales en la vida de la iglesia, que tienen como objetivo edificar y fortalecer al cuerpo de Cristo.


En este sentido, se puede decir que la neumapoiesis también tiene una dimensión de capacitación, ya que el Espíritu Santo concede dones espirituales a los creyentes para edificar y fortalecer al cuerpo de Cristo, y capacitarlos para la misión evangelizadora de la iglesia en el mundo.


En conclusión, la neumapoiesis es la aplicación del principio de la autopoiesis de la teoría general de sistemas al Espíritu Santo y su actividad sobre el creyente, desde la perspectiva del apóstol Pablo. En este sentido, se puede decir que la neumapoiesis es el proceso por el cual el Espíritu Santo mantiene y reproduce la vida espiritual del creyente individual y del cuerpo de Cristo, a través de la interacción con su entorno espiritual, que incluye la Palabra de Dios, la comunidad de creyentes, la misión de la iglesia en el mundo y los dones espirituales que el Espíritu Santo concede a los creyentes.


La neumapoiesis también enfatiza la importancia de la unidad y diversidad del cuerpo de Cristo, y su misión evangelizadora en el mundo. En este sentido, se puede decir que la neumapoiesis es un concepto clave para entender la actividad del Espíritu Santo en la vida del creyente y en la misión de la iglesia en el mundo.

 


 

 

La Santidad de Dios, Autopoiesis y Sistema Inmunológico

 Introducción


La teoría general de sistemas es una disciplina que se encarga del estudio de sistemas complejos, ya sean físicos, biológicos o sociales, y de su interacción con el entorno que los rodea. Uno de los conceptos más interesantes dentro de esta teoría es el de autopoiesis, que se refiere a la capacidad de un sistema para producir y mantener su propia estructura y organización. En este ensayo, exploraremos cómo el principio de la autopoiesis puede ser aplicado a la santidad de Dios, entendida como la idea de que Dios acepta solamente lo que a él le pertenece, y cómo podemos utilizar la metáfora del sistema inmunológico para explicar este concepto en términos más accesibles.


La santidad de Dios


Antes de adentrarnos en la teoría de la autopoiesis, es importante entender qué se entiende por la santidad de Dios. En términos generales, la santidad de Dios se refiere a su pureza, su perfección y su separación del mal. Dios es considerado santo porque está libre de cualquier mancha o corrupción, y porque su naturaleza es completamente buena y justa.


La idea de la santidad de Dios se encuentra en muchas religiones, incluyendo el cristianismo, el judaísmo y el islam. En la Biblia cristiana, por ejemplo, se describe a Dios como "santo, santo, santo" en Isaías 6:3, y se le pide a los creyentes que sean santos como él es santo en 1 Pedro 1:16. En el judaísmo, la santidad de Dios se expresa en el Shemá, una de las oraciones más importantes de la religión: "Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza" (Deuteronomio 6:4-5).


La santidad de Dios, por lo tanto, es un concepto clave en muchas religiones, y se considera que tiene implicaciones importantes para la vida y la moralidad de las personas. Pero ¿cómo podemos entender la santidad de Dios en términos de la teoría general de sistemas?


La autopoiesis como principio de la santidad de Dios


La autopoiesis se refiere a la capacidad de un sistema para producir y mantener su propia estructura y organización. Es decir, un sistema autopoietico es capaz de generar y mantener su propia identidad, y de diferenciarse del entorno que lo rodea. Esta capacidad de autopoiesis es fundamental para la supervivencia de los sistemas biológicos, como los organismos vivos, ya que les permite adaptarse y responder a los cambios en su entorno.


Desde una perspectiva teológica, podemos pensar en la santidad de Dios como una forma de autopoiesis divina. Dios es considerado santo porque es capaz de mantener su propia identidad y separarse del mal y la corrupción que existe en el mundo. En otras palabras, Dios es capaz de autopoietizar su propia santidad y pureza, y mantener su identidad divina a pesar de la presencia del mal en el mundo.


La santidad de Dios, por lo tanto, puede entenderse como una forma de autopoiesis divina que se manifiesta en la separación del bien y el mal. Dios es santo porque es capaz de diferenciarse del mal y mantener su propia identidad divina. Esta autopoiesis divina se manifiesta en la forma en que Dios interactúa con el mundo y con las personas. Dios acepta solamente lo que a él le pertenece, y rechaza todo lo que es contrario a su voluntad divina. En este sentido, la santidad de Dios puede entenderse como una forma de autopoiesis divina que se manifiesta en la separación del bien y el mal.


La metáfora del sistema inmunológico


Para entender mejor cómo funciona la autopoiesis divina en la santidad de Dios, podemos utilizar la metáfora del sistema inmunológico. El sistema inmunológico es un conjunto de células, tejidos y órganos que protegen al cuerpo contra las enfermedades y las infecciones. Este sistema es capaz de reconocer las células y los tejidos que pertenecen al cuerpo, y de identificar y eliminar las células y los organismos extraños que pueden causar daño.


De manera similar, podemos pensar en la autopoiesis divina como un sistema inmunológico divino que protege la santidad de Dios. Dios es capaz de reconocer lo que pertenece a él, y de identificar y rechazar lo que es contrario a su voluntad divina. En este sentido, la santidad de Dios se puede entender como una forma de protección divina contra el mal y la corrupción que existen en el mundo.


La metáfora del sistema inmunológico también nos permite entender cómo la autopoiesis divina puede manifestarse en la vida de las personas. Al igual que el sistema inmunológico protege al cuerpo contra las enfermedades y las infecciones, la autopoiesis divina puede proteger el alma y el espíritu contra las influencias negativas que existen en el mundo. Las personas que viven de acuerdo con la voluntad divina pueden desarrollar una especie de sistema inmunológico espiritual que les permita separarse del mal y mantener su propia identidad divina.


Conclusiones


En conclusión, la teoría de la autopoiesis puede ser aplicada a la santidad de Dios para entender cómo Dios es capaz de mantener su propia identidad divina y separarse del mal y la corrupción que existen en el mundo. La autopoiesis divina se manifiesta en la forma en que Dios interactúa con el mundo y con las personas, y se puede entender como una forma de protección divina contra el mal y la corrupción. La metáfora del sistema inmunológico nos permite entender cómo la autopoiesis divina puede manifestarse en la vida de las personas, y cómo podemos desarrollar

 un sistema inmunológico espiritual que nos permita separarnos del mal y mantener nuestra propia identidad divina.


Es importante destacar que la santidad de Dios no es simplemente una cuestión de pureza o perfección. La santidad de Dios es una manifestación de su autopoiesis divina, su capacidad para mantener su identidad divina y separarse del mal y la corrupción. Es una expresión de su amor y su justicia, de su voluntad de proteger y guiar a sus seguidores hacia la vida abundante y la salvación.


En última instancia, la santidad de Dios es un llamado a vivir de acuerdo con la voluntad divina, a separarnos del mal y a buscar la pureza y la justicia en todas las áreas de nuestra vida. La metáfora del sistema inmunológico nos recuerda que la autopoiesis divina puede manifestarse en nuestra propia vida espiritual, si estamos dispuestos a seguir la voluntad divina y a separarnos del mal y la corrupción que existen en el mundo.


En resumen, la teoría de la autopoiesis puede ser aplicada de manera útil a la comprensión de la santidad de Dios, entendida como su capacidad de mantener su propia identidad divina y separarse del mal y la corrupción. La metáfora del sistema inmunológico nos permite entender cómo la autopoiesis divina puede manifestarse en nuestra propia vida espiritual, y cómo podemos desarrollar un sistema inmunológico espiritual que nos permita separarnos del mal y mantener nuestra propia identidad divina. En última instancia, la santidad de Dios es un llamado a vivir de acuerdo con la voluntad divina, buscando la pureza y la justicia en todas las áreas de nuestra vida.

 


jueves, 11 de mayo de 2023

 En Agua o  En Muladar


Romanos Capitulos 6 

1 "¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?

2 ¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?

3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?"

 

La siguiente metafora es para explicar que significa  "bautizados". El que tiene a Cristo no solo esta sino que también ES en  Cristo. La identidad, su valor, su ser, su todo, está determinado por ser  y estar EN Cristo.

 

Por otra parte aunque no aparece la mención  "bautizado" respecto al pecado, pero si aparece "en pecado". Es decir,  aparece la idea de que antes de llegar a la vida En Cristo, se estaba En  Pecado. 


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 El que NO tiene a Cristo no solo está sino que también ES en Pecado. La identidad, su valor, su ser, su todo, está determinado por ser  y estar en Pecado..

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Lo anterior me hizo pensar que el no cristiano es y está bautizado En Pecado. Con esto quiero decir que el que no tiene a Cristo: su identidad, su valor, su ser, su todo está determinado por ser y estar EN Pecado. Y todo lo que hace inclusive sus mejores actos de "bondad" son como envoltura de heridas de lepra putrefactas (trapos de inmundicia)


Vamos a usar la siguiente metáfora para explicar lo que vengo diciendo:

 

Hay Dos Baldes:

 

Uno lleno  con agua limpia y cristalina que tiene un vaso en su interior flotando justo en la mitad del balde. El vaso es de un raro material, asi como el del  balde. El vaso esta lleno de agua por dentro y por fuera, por arriba, por al lado y por abajo. Está bautizado en el agua. El material del que esta hecho el balde y el vaso es del mismo material. A nivel molecular es de un raro cristal iguales a las moléculas del agua que lo contiene. Aunque alguno dijere que esta hecho de hielo, no es así. Sino que es un cristal con la dureza de un diamante,  algo totalmente desconocido en nuestra realidad humana


 

Me voy a permitir ciertas libertades en mi lenguaje, para expresar claramente la idea de ser y estar EN pecado

 

El segundo balde está lleno de Toda Inmundicia. También hay un vaso flotando en el medio del balde. El vaso esta lleno de Toda Inmundicia Imaginable por dentro y por fuera, por arriba, por al lado y por abajo. El material del vaso y del balde es del mismo material. Es de una dureza extraordinaria. A nivel molecular tanto el vaso como el balde están hechos de Inmundicia. El vaso esta bautizado en Inmundicia.

 

El primer balde y el agua que allí esta contenida es Cristo. El vaso que está flotando en medio del agua y que tiene agua por arriba por abajo, por dentro y por fuera  es el cristiano. Es decir, al que se le ha revelado la justicia de Dios por la fe en el Cristo que murió por sus pecados y que resucitó para su victoria. Esta persona está EN Cristo Y NO ES CONDENADO

 

El segundo balde y Toda Inmundicia que allí esta contenida es el Pecado. El vaso que está flotando en medio de Toda Inmundicia y que tiene Inmundicia por arriba por abajo por dentro y por fuera es el pecador. Es decir, al que NO se le ha revelado la justicia, misericordia y fidelidad de Dios sino que la ira de Dios esta sobre él. Es aquel que NO cree que Jesús es el  Cristo, y  que NO cree que Cristo haya muerto por sus pecados y por ende NO tiene el triunfo del resucitado. Esta persona está EN Pecado Y ESTÁ BAJO CONDENACIÓN


Si es que  tu has creido que Jesús es el Hijo de Dios, que murió por tus pecados y resucitó conforme a las Escrituras entonces eres y estás en Cristo.

martes, 9 de mayo de 2023

LA BIBLIA NO ES OBJETIVA

LA BIBLIA NO ES OBJETIVA


La objetividad de la Biblia no existe

 


¿A que me refiero?


 

Una lectura apresurada de esta frase pudiera entenderse como que lo que en la Biblia se relata no es ni fiel ni verdadero. Pero este no es el sentido que tiene esta frase


E inclusive más, desde esa lectura apresurada podemos encontrar el fundamento de la frase. Es así que en nuestras mentes la palabra "objetiva" u "objetividad" ha pasado a seR sinónimo de lo que es "verdad", "verdadero" y/o "fiel". Es el cientificismo quién ha incorporado en nuestras vidas el lenguaje de la "obejtividad" y ha querido poner a traves de la "objetividad" al nivel de la "verdad" lo que en realidad es simple "conocimiento". Y para ello ha usado el lenguaje de "hechos objetivos" como si la "observación objetiva" no estuviera afectada por la maldad del corazón del observador.

 


¿De dónde viene la palabra "objetividad"?


Viene de querer hacer al hombre quien sea quién define lo que es Real. Esta definción de lo que sería "objetivo" "real" o "veraz" vendría desde la racionalidad del hombre. Haciendo de esta manera a la "razón humana" un dios en si mismo, es decir, la razón vista como idolo. 


Este lenguaje se toma prestado desde la Ciencia. 


Permitame explicarles por qué la Biblia es totalmente subjetiva. No puede ser de otra manera.


La Fidelidad de la Biblia está dada por su Subjetividad. Porque quién nos habla en ella es Dios quien se ha querido dar a conocer a través de sus páginas. 


 Porque en esencia la Biblia es un relato interesado. Tenemos a Dios hablando desde su Subjetividad, es así que quién nos entregó la Biblia es Subjetivo. Y es esa Subjetividad de Dios la que da la impronta de Fidelidad.


Inclusive más, la Biblia al ser leido por nosotros, es leida desde nuestra subjetividad. Pero la clave para entender lo que la Biblia nos relata es que nuestra subjetividad sea sometida a la Subjetividad de Dios, por medio de su Espíritu.

 


 Toda nueva cultura busca deconstruir a la antigua "modernidad", de igual forma, la cultura postmoderna ha irrumpido deconstruyendo los grandes relatos de la modernidad. Y ha creído que la iglesia y la Biblia es herencia de esa modernidad.


 

En realidad la iglesia y el entendimiento fiel de la Biblia no es producto de ninguna cultura, es resultado del quehacer de la Fidelidad de Dios en el corazón del hombre.


Y esto es maravilloso, la Subjetiva Fidelidad de Dios se nos ha dado a conocer en la resurrección de Cristo de entre los muertos.


Es el Espiritu quién abre nuestro entendimiento y nuestro corazón, y no los argumentos "objetivos" racionalistas.