viernes, 2 de agosto de 2024

La Purificación del Tabernáculo Celestial por Cristo

La Purificación del Tabernáculo Celestial por Cristo 

Introducción

El concepto de la purificación del tabernáculo celestial por Cristo es fundamental en la epístola a los Hebreos. Este tema destaca a Cristo como el sumo sacerdote perfecto luego de su resurrección y  ascensión, como el sumo sacerdote celestial, encargado de purificar el santuario celestial y todos sus elementos. En este ensayo, exploraremos cómo Cristo purificó el verdadero tabernáculo celestial, el patio, el lugar santo, el lugar santísimo y todos los mobiliarios de este tabernáculo celestial, y cómo el tabernáculo terrenal es figura y sombra del auténtico..

El Tabernáculo Terrenal como Sombra del Celestial

El tabernáculo terrenal, según Hebreos 8:5, es una "figura y sombra de las cosas celestiales". Este tabernáculo, construido bajo las especificaciones dadas a Moisés, incluía el patio exterior, el lugar santo y el lugar santísimo. Cada uno de estos espacios tenía una función específica en el sistema de adoración israelita y debía ser purificado regularmente con sacrificios de animales.

Cristo como Sumo Sacerdote y Sacrificio Perfecto

El autor de Hebreos nos presenta a Cristo como el sumo sacerdote perfecto que, a diferencia del sumo sacerdote levítico que entraba una vez al año en el lugar santísimo con la sangre de animales, entra en el tabernáculo celestial, al lugar santísimos, con su propia sangre (Hebreos 9:11-12). Este acto no solo purifica a los creyentes, sino también el mismo tabernáculo celestial. Hebreos 9:23 afirma que "era necesario, pues, que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos".

Hebreos 13:12 y la Purificación fuera del Campamento

Hebreos 13:12 explica que Jesús sufrió fuera de la puerta para santificar al pueblo con su propia sangre. Este versículo refiere al proceso de quemar el cuerpo del animal sacrificado fuera del campamento, como se hacía en el Día de la Expiación. Este acto simboliza que la muerte de Cristo no se centra en el altar de bronce (donde se sacrificaban los animales), sino en el momento crucial cuando el cuerpo era quemado fuera del campamento, reflejando la purificación definitiva y completa que ofrece Cristo.

Aunque el sistema de sacrificios levítico tenía un orden secuencial, la interpretación en Hebreos no sigue una linealidad temporal estricta. La obra de Cristo trasciende esta secuencia, ofreciendo una purificación y redención que abarcan todas las dimensiones del tabernáculo celestial de manera simultánea y eterna.

Purificación del Santuario Celestial

La obra de Cristo no se limita a una purificación simbólica, sino que logra una descontaminación cósmica del santuario celestial. Esta purificación abarca todas las dimensiones del tabernáculo celestial y es más efectiva que cualquier ritual terrenal. El autor de Hebreos extiende esta purificación a todos los creyentes, quienes se convierten en co-sumos sacerdotes con Cristo y participan en su sacrificio de purificación.

El Patio, el Lugar Santo y el Lugar Santísimo

  1. El Patio Exterior: En el sistema levítico, el patio exterior era donde se realizaban los sacrificios de animales. Cristo, como el sacrificio perfecto, fue crucificado fuera de la ciudad (Hebreos 13:12), cumpliendo el simbolismo del sacrificio animal y proporcionando una purificación más profunda y definitiva, sin equiparar directamente su muerte con la muerte del animal en el altar.

  2. El Lugar Santo: Contenía el candelabro, la mesa del pan de la proposición y el altar del incienso. Estos elementos simbolizan la luz de Cristo, el pan de vida y las oraciones de los santos que Cristo continuamente presenta ante el Padre. Cristo, al purificar el lugar santo celestial, asegura que estas funciones sean cumplidas de manera perfecta y continua.

  3. El Lugar Santísimo: Albergaba el arca del pacto y era accesible solo una vez al año por el sumo sacerdote. Cristo, al ofrecer su sangre, rasga el velo que separaba el lugar santo del lugar santísimo, proporcionando acceso directo a Dios para todos los creyentes (Hebreos 10:19-20).

Conclusión

La purificación del tabernáculo celestial por Cristo, como se detalla en Hebreos, transforma nuestra comprensión del sacrificio y la expiación. Cristo no solo cumple con los requisitos del sistema levítico, sino que los supera, proporcionando una purificación completa y un acceso directo a Dios. Al considerar el tabernáculo terrenal como una sombra del celestial y al entender que la interpretación en Hebreos no sigue una linealidad temporal estricta, podemos apreciar más profundamente la magnitud de la obra redentora de Cristo y su significado eterno.

Este ensayo refleja una interpretación detallada de cómo Cristo, mediante su sacrificio y sumo sacerdocio, purifica el tabernáculo celestial, basándonos en los conceptos desarrollados en el documento adjunto y en Hebreos 13:12, destacando que la obra de Cristo no sigue una secuencia temporal, sino que es una realidad eterna y completa.

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