miércoles, 10 de abril de 2024

ONE SACRED EFFORT - Capítulo Dos - La Iglesia del Nuevo Testamento: Carismático, Congregacional, Centrífugo

 El capítulo dos examina cómo las iglesias del Nuevo Testamento operaban bajo un modelo "carismático congregacional centrífugo", esencialmente una guía para la práctica eclesiástica bautista contemporánea basada en los patrones bíblicos del Nuevo Testamento. Los bautistas sostienen la convicción de seguir las prescripciones y descripciones bíblicas para organizar y gobernar la iglesia, y cómo llevar a cabo su misión y ministerios, lo que incluye un compromiso con la Biblia como fuente de autoridad y guía.

El texto detalla el papel crucial del Espíritu Santo en la iglesia del Nuevo Testamento, destacando la diferencia entre la presencia temporal del Espíritu en el Antiguo Testamento y su presencia permanente en los creyentes del Nuevo Pacto. La promesa del Espíritu Santo, como se ve en el día de Pentecostés, marcó el comienzo de una nueva era en la que el Espíritu se derramaría sobre todos los creyentes, empoderando a la iglesia para la misión y el ministerio con dones espirituales para el servicio.

Además, el capítulo aborda la práctica del bautismo en el Espíritu, discutiendo su significado y momento, y cuestionando la asociación de ciertas evidencias físicas, como hablar en lenguas, con el bautismo en el Espíritu. La posición bautista se centra en que el bautismo en el Espíritu ocurre en el momento de la conversión, incorporando al creyente en el cuerpo de Cristo y habilitándolo para el ministerio.

El gobierno de la iglesia, basado en un modelo congregacional, sostiene que todas las decisiones importantes deben ser tomadas por la congregación en su conjunto, aunque reconociendo el papel de los líderes como pastores o ancianos, quienes son llamados a guiar y enseñar. Estos líderes deben ejercer su autoridad con un corazón de siervo, siendo ejemplos para la congregación.

En resumen, este capítulo proporciona una visión completa de cómo los bautistas ven la iglesia del Nuevo Testamento como modelo para la práctica eclesiástica actual, enfatizando la importancia del Espíritu Santo, el bautismo en el Espíritu al momento de la conversión, el uso de dones espirituales para el ministerio, y un gobierno de la iglesia que es a la vez congregacional y liderado por el Espíritu.


CINCO PUNTOS DESTACADOS EN EL CAPITULO 2

1. Modelo Eclesiástico del Nuevo Testamento: El texto subraya el compromiso bautista con seguir el modelo de iglesia del Nuevo Testamento, guiado por las enseñanzas y prácticas encontradas en la Biblia. Esto incluye un enfoque en la autoridad de las Escrituras para determinar la organización y el gobierno de la iglesia, así como la implementación de su misión y ministerios.

2. El Papel del Espíritu Santo: Se destaca la importancia del Espíritu Santo en la iglesia del Nuevo Testamento, marcando una transición del Antiguo Testamento, donde el Espíritu estaba presente de manera temporal, a una presencia permanente dentro de los creyentes del Nuevo Pacto. Este cambio subraya el empoderamiento de la iglesia para la misión y el ministerio a través de los dones espirituales.

3. Bautismo en el Espíritu Santo: El capítulo aborda la enseñanza bautista sobre el bautismo en el Espíritu Santo, que ocurre en el momento de la conversión, integrando al creyente en el cuerpo de Cristo. Contrasta con las interpretaciones que asocian manifestaciones físicas, como hablar en lenguas, como evidencia necesaria del bautismo en el Espíritu.

4. Gobierno Congregacional y Liderazgo Pastoral: Se enfatiza el modelo congregacional para el gobierno de la iglesia, donde las decisiones claves son tomadas colectivamente por la congregación. Además, se reconoce el papel esencial de los pastores o ancianos, que deben liderar y enseñar con un espíritu de servicio, guiando a la iglesia de acuerdo con los principios bíblicos.

5. Don de Ministerio y Participación de Todos los Miembros: El texto resalta la creencia bautista de que todos los creyentes reciben dones espirituales para el servicio en la iglesia, promoviendo un ministerio de "todos los miembros". Este enfoque busca empoderar a cada creyente a contribuir al trabajo y al ministerio de la iglesia, reflejando la diversidad de dones otorgados por el Espíritu Santo para el edificio de la comunidad de fe.

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